LAS GANADERÍAS EN HUARI Y LOS TOROS QUE HICIERON HISTORIA.
Hablar de ganaderías en su verdadera dimensión, conceptualización o significado, en nuestra provincia no ha existido, más aun como en otros lugares con el objetivo de la crianza de toros de lidia menos; lo que existían eran punas de propiedad de familias don los propietarios pastoreaban los bovinos cuya crianza extensiva de estos animales tenían diversos propósitos y en ellos por cuestiones del hasar genético se restablecía los patrones primogénitas bravas naciendo becerros con estas características, que influidos por el entorno natural salvaje convertían al animal en un toro de lidia.
Introducida esta actividad cultural que ya formo parte de las costumbres de la comunidad huarina tenía que seguir era necesario para ello criar animales bravos, que año tras año tenían que ser traídos a huari para exhibir su bravura, su nobleza, su prestancia, hacer vibrar de emoción a la afición taurina y hacerle sentir orgulloso al dueño del ejemplar quien orgulloso alardeaba de ser poseedor de ese hermoso ejemplar astado.
Entre las punas donde se encontraban estos animales podemos mencionar los siguientes:
- Rurichinchay del Señor Beltran Asencios
- Jacabamba de la familia Rojas y Huerta
- Cachichinan de la familia Valle
- Tayancocha de la Familia Valencia y Salas
- Cuncash de la familia Cadillo y Diaz
- Tashta de la familia Ibarra
- Chawacoles de la Familia Asencios
Punas donde se criaban y pastaban, animales cuya bravura y pesos no tenían nada que envidiar a los toros que se lidiaban en acho, llegando a pesar sobre los 400 0 500 Kilos; animales que tenían un una prestancia y nobleza singular con una señal que los identificaba a cada una de las ganaderías a la que pertenecían, animales que en la plaza de toros hacían vibrar de alegría al público asistente una alegría entremezclada de miedo y emoción por la bravura incomparable, innato en estos animales que al momento salir a la plaza embestía todo cuerpo en movimiento llegando a tal que corrían tras la sombra de una paloma que volaba, o a un desdichado intruso que salía a su encuentro lleno de valor por efectos de la chicha y el alcohol , o enamorado de una hermosa damisela huarina, a quien le quería robar su corazón con tal osada hazaña, metiéndose a la plaza de toros provisto de un poncho que lo lleva a la mano, una manta o simplemente su chompa, buscando sacar las mejores verónicas o chicuelinas al estilo de un diestro español y de esa manera lucirse y exhibirse cual un gallito de roca, solamente esperando una pequeña sonrisa de la musa de sus amores, quien se encontraba pendiente de tal osada hazaña, observando con los nervios en punta todos los movimientos de la faena de su amado. Faena que terminaba con la salida triunfal del osado torero del coso taurino aplaudido por la muchedumbre o en los peores casos en hombros de sus amigos rumbo al hospital por una cornada del astado.
Los animales que fueron llevados para la corrida de toros salían a la plaza mugiendo de cólera y/o dolor por habérseles cocido una enjalma sobre el cuero del lomo del animal o en otros casos sometidos a la más baja y humillante práctica de echarle alcohol o algo picante en el recto del animal, quien con el rabo levantado cual fuera una bandera, provistos de unas astas que causaban terror y pánico, galopaba todo el perímetro de plaza de toros, generando mil comentarios en los asistentes sobre la bravura de estos animales que arremetían a cualquier intruso que se le cruzara en su camino. Daba vueltas por todo el perímetro de la plaza buscando a los desprotegidos que se encontraban en la barrera, hacer suya y descargar su ira concentrada por su bravura y el dolor. Pobre alma que tenía la mala suerte de estar descuidado o desatento de lo que estaba ocurriendo era cogido con las astas y como si fuera un simple muñeco de trapo era levantado y elevado a unos metros de altura y si por mala suerte caía sobre su cabeza del animal de vuelta era levantado cuantas veces que su destino había marcado hasta caer al suelo privado sin saber que le había ocurrido. Luego de haber descargado su ira el astado seguía recorriendo toda la plaza buscando un espacio para poder escaparse y librarse de ese bullicioso público que lo excitaba más y más, en su recorrido atemorizaba a la multitud concentrada quienes observaban con miedo protegiéndose de la barrera, este toro al no poder lograr su objetivo corría ubicándose en el centro de la plaza como dueño y soberano de la plaza de toros con una actitud desafiante solicitando el ingreso de cualquier iracundo jovenzuelo o de un intrépido bebedor.
Los aficionados, miraban asustados al astado embravecido, los conocedores decían que el toro se había emplazado y estaba en cegado de cólera (animal con los ojos enrojecidos que se detiene en un lugar tomando una actitud de defensa y desafió).
Cuenta mi madre en una de estas corridas que se desarrollaba en la plaza de armas de huari, aun cuando ella era una joven, en una de estas corridas realizada con motivo de celebrarse las fiesta patrias, y que se concia como “vivas toro”; habían traído un bravo de las punas de tayancocha, un animal de color negro con una mancha blanca en la frente. Este bravo se había emplazado y no quería salir por la puerta que le habían abierto para que retorne a su puna, era costumbre por esos años dejar puertas en las cuatro esquinas de la plaza de toros las que se habrían para soltar al bravo después de la faena, dependiendo de qué lugar procedía dicho animal para que retorne a su puna; su pastor, don Antonio jara, viendo que el animal no quería salir por la puerta abierta así retardando el espectáculo de la corrida de toros, y en vista que ya se venía la noche, aquel infortunado hombre que tantas veces le había dado la sal al animal con la mano, habría acariciado la frente de este animal con toda confianza dada, salió a la plaza de toros por la primera esquina, porque la corrida era en la plaza de armas de huari donde se había acondicionado la plaza de toros, increpo al animal diciendo con voz fuerte cual padre a su hijo.
Apuray she imatata chaychu ichiranqui huayllayu Apurate tonto que haces parado allí cobarde cutishunan ari tardinacha
Regresemos ya es tarde y cogiendo el chicote del mango el que tenia colgado del hombre hizo girar y reventar, el animal volteo donde estaba el hombre, lejos de obedecer a tal orden sin reconocer de quien se trataba corrió contra él y ante los gritos de espanto y pánico de los asistentes lo embistió lo cogió con las astas levantándolo al aire y cuando el hombre cayó al suelo se ensaño el animal con el cuerpo de su pastor corneando repetidas veces y en una de estas cornadas le introdujo una de las astas tan filudas que tenía en el costado derecho a la altura del hígado, cornada fatal y mortal , la gente gritaba, los familiares pedían auxilio, ante este hecho lamentable, el público y los demás ayudantes que estaban con el pastor minutos antes salieron provistos de bastones de lloque que siempre traían y con sus chicotes al rescate del humilde pastor quien se encontrado tirado sin vida en el suelo, el toro se alejó, y a una distancia como si se diera cuenta de lo malo que había hecho observaba arrepentido luego volteo miro la puerta abierta que le esperaba tomo velocidad y huyo de la plaza de toros. El cuerpo del infortunado pastor yacía sin vida en la plaza, bajo el llanto de sus familiares fue trasladado en hombros de sus amigos al hospital donde los galenos simplemente confirmaron su decesos, luego fue trasladado a su casa ubicado en ampataq a la salida de huari para ser velados y darle su cristiana sepultura. Esa noche en el velatorio este animal que se había quedado próximos al lugar donde velaban los restos del afortunado pastor mugía como si estaría arrepentido y de rato en rato se acercaba a las proximidades del velatorio como queriéndole solicitar a su pastor que se levante para que juntos retornen a su puna el cual era repelido por los asistentes al velorio quienes provistos de piedras y con la ayuda de los perros lo corrían al animal. El día siguiente los amigos que asistieron al velatorio muy temprano salieron temerosos y avistaron que el animal se encontraba durmiendo en un terreno cercano y en horas de la tarde con miedo trasladaron el cuerpo del pastor al cementerio de huari para darle su cristiana sepultura. Cuando retornaron del sepelio ya no pudieron ver al toro, había desaparecido, había emprendido su retorno a su puna. Comentaba la gente que posiblemente el pastor lo había perdonado y que su alma se lo había llevado arriendo al animal a su puna.
Entre los animales que por su bravura hicieron vibra de emoción a todos los que participaron de esta fiesta brava podemos mencionar algunos cuyos nombres tienen relación por algo gracioso o hecho que ocurrió en la corrida, relacionado con su color de pelaje o por algo hecho anecdótico que hayan observado en el animal, entre estos animales podemos mencionar algunos que nos trae el recuerdo y tenemos:
- Llullu preceptor
- Fosforito
- Chaucha brageta
- Tumba helados
- Rashta
Animales que sin pertenecer a las ganaderías famosas del Perú de crianza de toros de lidia, tampoco de haber ganado el escapulario de plata como lo hacen los mejores bravos lidiados en la plaza de toros de acho, han quedado perennizados en la historia de la tauromaquia huarina
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